jueves, 31 de diciembre de 2015

Feliz año 2016

Queridos hermanos:

Os deseo la gracia y la paz de parte de Dios nuestro Padre, el amor de nuestro Señor Jesucristo y la comunión del Espíritu Santo, en el comienzo del nuevo año 2016. 

Desgraciadamente, mi ordenador ha dejado de funcionar. Después de casi una década a mi servicio, esta fiel máquina ha llegado al final de su camino. Esto me obliga a interrumpir la elaboración de este Blog, hasta que encuentre una solución a este problema. Que el Señor os bendiga, Un abrazo a todos los seguidores de este Blog.


miércoles, 30 de diciembre de 2015

Prefacio del apóstol Santiago


En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
darte gracias siempre en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso, Pastor eterno.

Porque Santiago, testigo predilecto,
anunció el Reino que viene por la muerte y resurrección de tu Hijo,
y, el primero entre los apóstoles, bebió el cáliz del Señor.

Con su guía y patrocinio
se conserva la fe en España y en los pueblos hermanos
y se dilata por toda la tierra,
mientras tu Apóstol alienta a los que peregrinan
para que lleguen finalmente a ti, por Cristo, Señor nuestro.

Por eso, Señor,
con todos los ángeles
te alabamos ahora y por siempre,
diciendo con humilde fe:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

sábado, 26 de diciembre de 2015

Por los cristianos perseguidos


Por todos los cristianos que, como san Esteban, han dado su vida en testimonio de la Verdad, Cristo nuestro Señor. Por cuantos sufren la persecución en Oriente Medio, el mismo lugar en el que nació el cristianismo. Por todas las familias cristianas que han tenido que abandonar sus hogares en Siria y en Irak a causa del fundamentalismo musulmán. Para que, a ejemplo de san Esteban, no falte el amor y el perdón en sus corazones hacia quienes injustamente los asesinan.

Mártir san Esteban
ruega por nosotros

viernes, 25 de diciembre de 2015

Prefacio 1 de Navidad


En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno:

Porque gracias al misterio de la Palabra hecha carne,
la luz de tu gloria brilló ante nuestros ojos con nuevo resplandor,
para que, conociendo a Dios visiblemente
lleguemos al amor de lo invisible.

Por eso con los ángeles y los arcángeles
y con todos los coros celestiales,
cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

jueves, 24 de diciembre de 2015

Por las familias


Oremos por todos los miembros de nuestras familias, que hoy se reunirán para celebrar el Misterio del Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.

Oremos por todos los que se encontrarán solos en esta Noche Santa, por los ancianos que han perdido a sus seres queridos y recuerdan en la soledad la alegría de los tiempos pasados.

Oremos por las familias que, como José y María, han tenido que marchar lejos de su tierra, a causa de la violencia, la guerra o la pobreza. Por aquellos que carecerán esta Noche Santa de techo o de alimento.

Kyrie eleison
Christe eleison
Kyrie eleison

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Para prepararnos a la Navidad


Dios todopoderoso y eterno,
al acercarnos a las fiestas de la Navidad,
te pedimos que tu Hijo Jesucristo,
que se ha hecho carne en las entrañas de la Virgen María
y ha querido habitar entre nosotros,
nos haga partícipes
de la abundancia de su misericordia.
Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

martes, 22 de diciembre de 2015

Magnificat


Proclama mi alma la grandeza del Señor,
y se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador;
porque ha puesto sus ojos en la humildad de su esclava,
y por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:
su nombre es Santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hizo proezas con su brazo:
dispersó a los soberbios de corazón,
derribó del trono a los poderosos
y enalteció a los humildes,
a los hambrientos los colmó de bienes
y a los ricos los despidió vacíos.
Auxilió a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham
y su descendencia por siempre.

lunes, 21 de diciembre de 2015

Prefacio 4 de Adviento


En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
alabarte, bendecirte y glorificarte
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por el misterio de la Virgen Madre.

Del antiguo adversario nos vino la ruina,
pero en el seno virginal de la hija de Sión recibió la vida
aquél que nos nutre con el pan de los ángeles,
y surgieron para todo el género humano
la salvación y la paz.

La gracia que perdimos por Eva nos fue devuelta en María;
su maternidad redimida del pecado y de la muerte,
se abre al don de una vida nueva.
para que, donde abundó el pecado sobreabundara tu misericordia
por Cristo, nuestro Salvador.

Por eso nosotros, mientras esperamos la venida de Cristo,
unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

domingo, 20 de diciembre de 2015

Lectio Divina. De ti, Belén, saldrá el jefe de Israel


Así dice el Señor:
«Pero tu, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá,
de ti saldrá el jefe de Israel.
Su origen es desde lo antiguo,
de tiempo inmemorial.
Los entrega hasta el tiempo en que la madre dé a luz,
y el resto de sus hermanos retornará a los hijos de Israel.
En pie, pastorea con la fuerza del Señor,
por el nombre glorioso del Señor, su Dios.
Habitarán tranquilos, 
porque se mostrará grande hasta los confines de la tierra,
 y éste será nuestra paz.»

Lectura de la profecía de Miqueas (5,1-4)

sábado, 19 de diciembre de 2015

Illatio. Misa mozárabe de la Navidad


A Ti, Señor Cristo Jesús, a Ti,
Dios que salvas en plenitud a los hombres
y Hombre singularmente poderoso en Dios,
te invocamos, alabamos y rogamos
que te hagas presente, nos perdones, compadezcas y absuelvas;
que suscites en nuestros labios
palabras que escuches,
y concedas a nuestra actividad realizaciones que bendigas.

No pedimos que se repita entre nosotros tu nacimiento corporal
tal como aconteció antiguamente en este día;
sino pedimos que se entrañe en nosotros tu invisible Divinidad.

Que lo que entonces fue concedido según la carne,
aunque individualmente, a María,
se conceda ahora espiritualmente a la Iglesia:
que una fe íntegra te conciba, te alumbre el espíritu libre de corrupción
y te lleve dentro el alma fecundada por la fuerza del Altísimo.

No te alejes de nosotros, sino procede de nosotros.
Sé realmente nuestro "Emmanuel", Dios-con-nosotros.
Dígnate permanecer y luchar por nosotros,
pues combatiendo Tú venceremos nosotros.

Líbranos, te rogamos, de los inmundos harapos del pecado
Tú, que a causa de esos pecados nuestros,
toleraste ser fajado con la suciedad de los pañales.
Que tu leche nutra a los pequeñuelos de tu Iglesia.
Que el delicado manjar de niños alimente de tal modo a los débiles
que las fuerzas se hagan más y más vigorosas día a día
para saborear un alimento más fuerte y sólido.

Y de tal modo sepamos mantener
la voluntad pura y la fe firmísima,
que siempre nos esforcemos por alcanzar, con tu auxilio,
la vida perfecta.

viernes, 18 de diciembre de 2015

Lectio Divina. Suscitaré a David un vástago legítimo

Lorenzo Monaco - Navidad

«Mirad que llegan días –oráculo del Señor– 
en que suscitaré a David un vástago legítimo: 
reinará como rey prudente, 
hará justicia y derecho en la tierra. 
En sus días se salvará Judá, 
Israel habitará seguro. 
Y lo llamarán con este nombre: 
"El-Señor-nuestra-justicia". 
Por eso, mirad que llegan días –oráculo del Señor– 
en que no se dirá: 
"Vive el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto", 
sino que se dirá: 
"Vive el Señor, 
que sacó a la raza de Israel del país del Norte y de los países adonde los expulsó, 
y los trajo para que habitaran en sus campos".»

Lectura del libro de Jeremías (23,5-8)

jueves, 17 de diciembre de 2015

Prefacio 2 de Adviento


En verdad es justo darte gracias,
es nuestro deber cantar en tu honor
himnos de bendición y de alabanza,
Padre todopoderoso,
principio y fin de todo lo creado.

Tú has querido ocultarnos el día y la hora en que Cristo, tu Hijo,
Señor y Juez de la Historia,
aparecerá sobre las nubes del cielo revestido de poder y de gloria.
En aquel día, tremendo y glorioso al mismo tiempo,
pasará la figura de este mundo
y nacerán los cielos nuevos y la tierra nueva.

El Señor se manifestará entonces lleno de gloria,
el mismo que viene ahora a nuestro encuentro
en cada hombre y en cada acontecimiento,
para que lo recibamos en la fe
y para que demos testimonio por el amor,
de la espera dichosa de su reino.

Por eso, mientras aguardamos su última venida,
unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

martes, 15 de diciembre de 2015

Por Andrés


Oremos por Andrés, que hoy será sometido a una delicada operación quirúrgica. Para que el Señor lo proteja y lo guarde de todo mal.

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad

lunes, 14 de diciembre de 2015

Llama de Amor viva


¡Oh llama de amor viva
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva
acaba ya si quieres,
¡rompe la tela de este dulce encuentro!

   ¡Oh cauterio süave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga!
Matando, muerte en vida has trocado.

   ¡Oh lámparas de fuego
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con estraños primores
color y luz dan junto a su querido!

   ¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno
donde secretamente solo moras,
y en tu aspirar sabroso
de bien y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!

domingo, 13 de diciembre de 2015

Lectio Divina. Regocíjate, hija de Sión


Regocíjate, hija de Sión,
grita de júbilo, Israel;
alégrate y gózate de todo corazón, Jerusalén.
El Señor ha cancelado tu condena,
ha expulsado a tus enemigos.
El Señor será el rey de Israel, en medio de ti, y ya no temerás.
Aquel día dirán a Jerusalén: «No temas, Sión, no desfallezcan tus manos.
El Señor, tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva.
Él se goza y se complace en ti, te ama
y se alegra con júbilo como en día de fiesta.»

Lectura de la profecía de Sofonías (3,14-18a)

sábado, 12 de diciembre de 2015

San Juan Pablo II. Canonización de san Juan Diego


3. ¿Cómo era Juan Diego? ¿Por qué Dios se fijó en él? El libro del Eclesiástico, como hemos escuchado, nos enseña que sólo Dios "es poderoso y sólo los humildes le dan gloria" (3,20). También las palabras de San Pablo proclamadas en esta celebración iluminan este modo divino de actuar la salvación: "Dios ha elegido a los insignificantes y despreciados del mundo; de manera que nadie pueda presumir delante de Dios "(1Co 1,28.29).

Es conmovedor leer los relatos guadalupanos, escritos con delicadeza y empapados de ternura. En ellos la Virgen María, la esclava "que glorifica al Señor" (Lc 1,46), se manifiesta a Juan Diego como la Madre del verdadero Dios. Ella le regala, como señal, unas rosas preciosas y él, al mostrarlas al Obispo, descubre grabada en su tilma la bendita imagen de Nuestra Señora.

"El Acontecimiento Guadalupano -como ha señalado el Episcopado Mexicano- significó el comienzo de la evangelización con una vitalidad que rebasó toda expectativa. El mensaje de Cristo a través de su Madre tomó los elementos centrales de la cultura indígena, los purificó y les dio el definitivo sentido de salvación" (14.05.2002, n. 8). Así pues, Guadalupe y Juan Diego tienen un hondo sentido eclesial y misionero y son un modelo de evangelización perfectamente inculturada.

4. "Desde el cielo el Señor, atentamente, mira a todos los hombres" (Sal 32, 13), hemos recitado con el salmista, confesando una vez más nuestra fe en Dios, que no repara en distinciones de raza o de cultura. Juan Diego, al acoger el mensaje cristiano sin renunciar a su identidad indígena, descubrió la profunda verdad de la nueva humanidad, en la que todos están llamados a ser hijos de Dios en Cristo. Así facilitó el encuentro fecundo de dos mundos y se convirtió en protagonista de la nueva identidad mexicana, íntimamente unida a la Virgen de Guadalupe, cuyo rostro mestizo expresa su maternidad espiritual que abraza a todos los mexicanos. Por ello, el testimonio de su vida debe seguir impulsando la construcción de la nación mexicana, promover la fraternidad entre todos sus hijos y favorecer cada vez más la reconciliación de México con sus orígenes, sus valores y tradiciones.

Esta noble tarea de edificar un México mejor, más justo y solidario, requiere la colaboración de todos. En particular es necesario apoyar hoy a los indígenas en sus legítimas aspiraciones, respetando y defendiendo los auténticos valores de cada grupo étnico. ¡México necesita a sus indígenas y los indígenas necesitan a México!

Amados hermanos y hermanas de todas las etnias de México y América, al ensalzar hoy la figura del indio Juan Diego, deseo expresarles la cercanía de la Iglesia y del Papa hacia todos ustedes, abrazándolos con amor y animándolos a superar con esperanza las difíciles situaciones que atraviesan.

5. En este momento decisivo de la historia de México, cruzado ya el umbral del nuevo milenio, encomiendo a la valiosa intercesión de San Juan Diego los gozos y esperanzas, los temores y angustias del querido pueblo mexicano, que llevo tan adentro de mi corazón.

¡Bendito Juan Diego, indio bueno y cristiano, a quien el pueblo sencillo ha tenido siempre por varón santo! Te pedimos que acompañes a la Iglesia que peregrina en México, para que cada día sea más evangelizadora y misionera. Alienta a los Obispos, sostén a los sacerdotes, suscita nuevas y santas vocaciones, ayuda a todos los que entregan su vida a la causa de Cristo y a la tensión de su Reino.

¡Dichoso Juan Diego, hombre fiel y verdadero! Te encomendamos a nuestros hermanos y hermanas laicos, para que, sintiéndose llamados a la santidad, impregnen todos los ámbitos de la vida social con el espíritu evangélico. Bendice a las familias, fortalece a los esposos en su matrimonio, apoya los desvelos de los padres por educar cristianamente a sus hijos. Mira propicio el dolor de los que sufren en su cuerpo o en su espíritu, de cuantos padecen pobreza, soledad, marginación o ignorancia. Que todos, gobernantes y súbditos, actúen siempre según las exigencias de la justicia y el respeto de la dignidad de cada hombre, para que así se consolide la paz.

¡Amado Juan Diego, "el águila que habla"! Enséñanos el camino que lleva a la Virgen Morena del Tepeyac, para que Ella nos reciba en lo íntimo de su corazón, pues Ella es la Madre amorosa y compasiva que nos guía hasta el verdadero Dios. Amén. 

Homilía de Su Santidad Juan Pablo II para la Canonización de Juan Diego Cuauhtlatoatzin
Basílica N. S. de Guadalupe, 31 de julio de 2002

viernes, 11 de diciembre de 2015

Lectio Divina. Sería tu paz como un río


Así dice el Señor, tu redentor, el Santo de Israel:
«Yo, el Señor, tu Dios, te enseño para tu bien,
te guío por el camino que sigues.
Si hubieras atendido a mis mandatos,
sería tu paz como un río,
tu justicia como las olas del mar;
tu progenie sería como arena,
como sus granos, los vástagos de tus entrañas;
tu nombre no sería aniquilado ni destruido ante mí.»

Lectura del libro de Isaías (48,17-19)

jueves, 10 de diciembre de 2015

Prefacio 3 de Adviento


En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo Señor nuestro.

A Él que había sido anunciado por los profetas,
la Virgen Madre lo llevó en su seno con amor inefable;
Juan Bautista proclamó la inminencia de su venida
y reveló su presencia entre los hombres.

El mismo Señor nos concede ahora
preparar con alegría el misterio de su nacimiento,
para que su llegada nos encuentre
perseverantes en la oración
y proclamando gozosamente su alabanza.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles,
y con todos los coros celestiales
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Oración colecta. Cristo, médico celestial


Dios todopoderoso,
que nos exhortas a preparar
el camino de Cristo, el Señor,
no permitas que quienes esperamos
la presencia consoladora del médico celestial
desfallezcamos a causa de nuestra debilidad.

martes, 8 de diciembre de 2015

Prefacio de la Inmaculada Concepción


En verdad es justo y necesario
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque preservaste a la Virgen María
de toda pecado original
para que, enriquecida con la plenitud de tu gracia,
fuese digna Madre de tu Hijo,
imagen y comienzo de la Iglesia,
que es la esposa de Cristo,
llena de juventud y de limpia hermosura.

Purísima tenía que ser, Señor,
la Virgen que nos diera
al Cordero inocente que quita el pecado del mundo.
Purísima la que, entre todos los hombres,
es abogada de gracia y ejemplo de santidad.

Por eso, unidos a los ángeles,
te aclamamos llenos de alegría:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

lunes, 7 de diciembre de 2015

Lectio Divina. Viene nuestro Dios


El desierto y el yermo se regocijarán,
se alegrarán el páramo y la estepa,
florecerá como flor de narciso,
se alegrará con gozo y alegría.

Tiene la gloria del Líbano,
la belleza del Carmelo y del Sarión.
Ellos verán la gloria del Señor,
la belleza de nuestro Dios.

Fortaleced las manos débiles,
robusteced las rodillas vacilantes;
decid a los cobardes de corazón:

«Sed fuertes, no temáis.
Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite;
viene en persona,
resarcirá y os salvará.»

Se despegarán los ojos del ciego,
los oídos del sordo se abrirán,
saltará como un ciervo el cojo,
la lengua del mudo cantará.
Porque han brotado aguas en el desierto,
torrentes en la estepa;
el páramo será un estanque,
lo reseco, un manantial.
En el cubil donde se tumbaban los chacales brotarán cañas y juncos.
Lo cruzará una calzada que llamarán Vía Sacra:
no pasará por ella el impuro, y los inexpertos no se extraviarán.
No habrá por allí leones, ni se acercarán las bestias feroces;
sino que caminarán los redimidos,
y volverán por ella los rescatados del Señor.
Vendrán a Sión con cánticos:
en cabeza, alegría perpetua; siguiéndolos, gozo y alegría.
Pena y aflicción se alejarán.

Lectura del libro de Isaías (35,1-10)

viernes, 4 de diciembre de 2015

Me llamaste, Señor, para servir a tus hijos


Tú, Señor, me sacaste de los lomos de mi padre; tú me formaste en el vientre de mi madre; tú me diste a luz niño y desnudo, puesto que las leyes de la naturaleza siguen tus mandatos.

Con la bendición del Espíritu Santo preparaste mi creación y mi existencia, no por voluntad de varón, ni por deseo carnal, sino por una gracia tuya inefable. Previniste mi nacimiento con un cuidado superior al de las leyes naturales; pues me sacaste a la luz adoptándome como hijo tuyo y me contaste entre los hijos de tu Iglesia santa e inmaculada.

Me alimentaste con la leche espiritual de tus divinas enseñanzas. Me nutriste con el vigoroso alimento del cuerpo de Cristo, nuestro Dios, tu santo Unigénito, y me embriagaste con el cáliz divino, o sea, con su sangre vivificante, que él derramó por la salvación de todo el mundo.

Porque tú, Señor, nos has amado y has entregado a tu único y amado Hijo para nuestra redención, que él aceptó voluntariamente, sin repugnancia; más aún, puesto que él mismo se ofreció, fue destinado al sacrificio como cordero inocente, porque, siendo Dios, se hizo hombre y con su voluntad humana se sometió, haciéndose obediente a ti, Dios, su Padre, hasta la muerte, y una muerte de cruz.

Así, pues, oh Cristo, Dios mío, te humillaste para cargarme sobre tus hombros, como oveja perdida, y me apacentaste en verdes pastos; me has alimentado con las aguas de la verdadera doctrina por mediación de tus pastores, a los que tú mismo alimentas para que alimenten a su vez a tu grey elegida y excelsa.

Por la imposición de manos del obispo, me llamaste para servir a tus hijos. Ignoro por qué razón me elegiste; tú solo lo sabes.

Pero tú, Señor, aligera la pesada carga de mis pecados, con los que gravemente te ofendí; purifica mi corazón y mi mente. Condúceme por el camino recto, tú que eres una lámpara que alumbra.

Pon tus palabras en mis labios; dame un lenguaje claro y fácil,. mediante la lengua de fuego de tu Espíritu, para que tu presencia siempre vigile.

Apaciéntame, Señor, y apacienta tú conmigo, para que mi corazón no se desvíe a derecha ni izquierda, sino que tu Espíritu bueno me conduzca por el camino recto y mis obras se realicen según tu voluntad hasta el último momento.

Y tú, cima preclara de la más íntegra pureza, excelente congregación de la Iglesia, que esperas la ayuda de Dios, tú, en quien Dios descansa, recibe de nuestras manos la doctrina inmune de todo error, tal como nos la transmitieron nuestros Padres, y con la cual se fortalece la Iglesia.

San Juan de Damasco
Declaración de la fe, 1 (PG 95, 417-419)

jueves, 3 de diciembre de 2015

Lectio Divina. La Jerusalén celestial


Aquel día, se cantará este canto en el país de Judá:
«Tenemos una ciudad fuerte,
ha puesto para salvarla murallas y baluartes:
Abrid las puertas para que entre un pueblo justo,
que observa la lealtad;
su ánimo está firme y mantiene la paz,
porque confía en ti.

Confiad siempre en el Señor,
porque el Señor es la Roca perpetua:
doblegó a los habitantes de la altura y a la ciudad elevada;
la humilló, la humilló hasta el suelo,
la arrojó al polvo, y la pisan los pies,
los pies del humilde, las pisadas de los pobres.»

Lectura del libro de Isaías (26,1-6)

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Lectio Divina. El Monte del Señor


Aquel día se dirá:
«Aquí está nuestro Dios,
de quien esperábamos que nos salvara;
celebremos y gocemos con su salvación.
La mano del Señor se posará sobre este monte.»

Profeta Isaías 25, 10

martes, 1 de diciembre de 2015

Prefacio 1 de Adviento


En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo Señor nuestro.

Él vino por primera vez en la humildad de nuestra carne,
para realizar el plan de redención trazado desde antiguo,
y nos abrió el camino de la salvación;
para que, cuando venga por segunda vez
en el esplendor de su grandeza,
podamos recibir los bienes prometidos 
que ahora aguardamos en vigilante espera.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles,
y con todos los coros celestiales
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.