miércoles, 21 de octubre de 2015

Que el pecado no siga dominando vuestro cuerpo mortal


Que el pecado no siga dominando vuestro cuerpo mortal,
ni seáis súbditos de los deseos del cuerpo.
No pongáis vuestros miembros al servicio del pecado,
como instrumentos para la injusticia;
ofreceos a Dios
como hombres que de la muerte han vuelto a la vida,
y poned a su servicio vuestros miembros,
como instrumentos para la justicia.

Porque el pecado no os dominará:
ya no estáis bajo la Ley, sino bajo la gracia.

Pues, ¿qué?
¿Pecaremos porque no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia?
¡De ningún modo!
¿No sabéis que, al ofreceros a alguno como esclavos para obedecerle,
os hacéis esclavos de aquel a quien obedecéis:
bien del pecado, para la muerte,
bien de la obediencia, para la justicia?

Pero, gracias a Dios,
vosotros, que erais esclavos del pecado,
habéis obedecido de corazón a aquel modelo de doctrina
al que fuisteis entregados
y, liberados del pecado,
os habéis hecho esclavos de la justicia.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (6,12-18)

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