jueves, 9 de julio de 2015

Por las vocaciones


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «ld y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis. No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa, saludad; si la casa se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros. Si alguno no os recibe o no os escucha, al salir de su casa o del pueblo, sacudid el polvo de los pies. Os aseguro que el día del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra que a aquel pueblo.»

El Evangelio que hoy leemos en la Eucaristía nos invita a orar por las vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa. Pidamos al Señor que siga enviando trabajadores a su mies, que anuncien con alegría la llegada del Reino de los Cielos. Pidamos al Señor que los jóvenes escuchen la voz del Señor que los llama, y respondan con generosidad a su amor.

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