miércoles, 29 de abril de 2015

Recomendaciones espirituales y últimas palabras de santa Catalina


El que se entrega a Dios, si quiere poseerle en reciprocidad, debe apartar su corazón de todo amor sensible no sólo a las personas sino también a las cosas, con el fin de tender hacia Dios con entera simplicidad y sinceridad de corazón, porque según decía la Santa, el corazón no puede entregarse sin reserva a Dios si no se encuentra libre de ligaduras, cualquiera sea la naturaleza de estas. El alma no puede entregarse a Dios sin la oración basada en la humildad. También se necesita la meditación, porque esta aumenta y fortalece las virtudes, que sin ese alimento se irían debilitando poco a poco y no tardarían en desvanecerse. Catalina enseñó a sus discípulos que debían dedicar determinadas horas del día a la oración vocal y dedicarse continuamente a la mental, bien fuese con actos materiales o simplemente con el corazón.

La bienaventurada Catalina dio también a sus discípulos otros consejos, terminando con la última recomendación que hizo el Salvador a los Apóstoles conjurándoles a que se amasen los unos a los otros. Mediante su mutuo afecto demostrarían que eran sus hijos espirituales y ella se creería madre suya e intercedería por ellos ante la Bondad eterna. Les recomendó también en nombre de la caridad que orasen con frecuencia y fervor por la reforma y la prosperidad de la santa Iglesia y por el Vicario de Cristo. Agregó que así como Satanás había obtenido permiso para afligir a Job con toda clase de enfermedades, le parecía a ella que el infierno había conseguido una autorización parecida para mortificar su cuerpo con los más variados tormentos. Finalmente dijo: Mis queridos amigos, me parece evidente que mi amado esposo ha dispuesto, de acuerdo con los más íntimos deseos de mi corazón que mi alma sea liberada de su oscura prisión y retorne a su verdadero origen.

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