viernes, 27 de febrero de 2015

Por nuestra conversión


Si el malvado se convierte de los pecados cometidos y guarda mis preceptos, practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá. No se le tendrán en cuenta los delitos que cometió, por la justicia que hizo, vivirá. ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado –oráculo del Señor–, y no que se convierta de su conducta y que viva?

Esta profecía de Ezequiel nos invita este viernes primero de Cuaresma a orar, los unos por los otros, para que nos arrepintamos de nuestros pecados, hagamos el firme propósito de abandonarlos para volver al Señor y, así, obtengamos gracia y misericordia del Señor, volviendo a él con todo nuestro corazón y con todas nuestras fuerzas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario