miércoles, 3 de diciembre de 2014

Espíritu de adoración eucarística


Aquel día, el Señor de los ejércitos preparará para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares enjundiosos, vinos generosos. Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas las naciones. Aniquilará la muerte para siempre. El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros, y el oprobio de su pueblo lo alejará de todo el país. Lo ha dicho el Señor.

La profecía de Isaías que leemos en la primera lectura encuentra su explicación en el Evangelio del día: la multiplicación de los panes. Efectivamente, este monte al que podemos subir es el santo altar, sobre el que se celebra el santo Sacrificio de la Misa. Pidámosle al Señor, al comienzo de este Adviento, espíritu de adoración, para dar siempre gracias por don tan magnífico que el Señor nos ha dejado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario