martes, 10 de junio de 2014

Por el dinamismo de nuestra fe


Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.

Oremos los unos por los otros, para que el Señor nos conceda el dinamismo de la fe y poder así anunciar la gozosa noticia de su salvación, en todos los ambientes en los que vivismos.

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